Salud: Aceites de oliva aromatizados, ¿delicia o polémica?
Aceites de oliva aromatizados: entre la delicia y la polémica
Un mercado en auge… y en entredicho
Los aceites de oliva aromatizados están viviendo su momento dorado. En el mercado encuentras versiones con trufa, ajo, limón, romero, albahaca… Y sí, son deliciosos. Pero, ¿todos son lo que prometen? El sector crece rápido, y con él, las dudas: ¿son una evolución gastronómica o una estrategia para maquillar aceites mediocres?
¿Cómo se aromatiza un aceite?
Hay tres formas principales de añadir sabor:
- Co-milling (molturación conjunta): se trituran aceitunas junto con el ingrediente (limón, albahaca, etc.). Es el método más honesto y artesanal, y aquí brillan algunos productores que lo hacen con mimo y rigor. En Ypsilon Olive Oil elaboramos nuestras Melides aromatizadas con limón y naranja https://n9.cl/7lum7 mediante molturación conjunta con limones y naranjas ecológicas, en un proceso que solo realizamos una vez al año, cuando el fruto está en su punto óptimo de maduración. Eso garantiza una exquisitez limitada y una calidad extraordinaria, respetando tanto el producto como al consumidor.
- Infusión natural: se dejan hierbas, frutas o especias macerar en el aceite. Es válido si se hace bien, aunque menos estable en el tiempo.
- Aromas añadidos: se utilizan extractos o esencias (a menudo artificiales) para imitar sabores. Aquí es donde empieza el lío.
El problema: muchos aceites con aromas sintéticos se venden como si fueran vírgenes extra. Y eso, legalmente, no cuela.
Calidad vs. marketing
Para ser virgen extra, el aceite debe proceder únicamente de aceitunas y sin defectos. En cuanto le añades algo, aunque sea natural, pierde esa categoría legal.
¿Entonces por qué tantas botellas dicen “AOVE aromatizado”? Porque hay un vacío legal que muchos productores aprovechan. Lo que debería llamarse “condimento a base de aceite de oliva virgen extra”, se disfraza como si fuera oro líquido con sabor.
El fraude va más allá de los aromas
En España se ha denunciado un fraude masivo: aceites de oliva adulterados con orujo o girasol, vendidos como AOVE. Y no es cosa menor. Algunos se venden a precios imposibles, por debajo de 5 €/L en origen. Si eso no huele raro, es que estás resfriado.
Además, en Francia han detectado migración de plásticos tóxicos en algunos aceites importados, y en Bizkaia se desmanteló una red que vendía aceite fraudulento a bares y restaurantes.
¿Compro aceites aromatizados o no?
Depende. Si se han hecho bien, pueden ser una maravilla en la cocina. Pero si vienen con trampas, pierden todo el valor.
Recomendaciones clave:
- Busca co-milling o infusión natural, no aromas artificiales.
- Lee bien la etiqueta. Si no pone claramente “aceite de oliva virgen extra” o “molturado con”, desconfía.
- No te fíes de precios bajos. El AOVE de calidad tiene un precio justo.
- Elige productores transparentes, que expliquen cómo elaboran su aceite.
Veredicto: sabor sí, trampas no
Los aceites aromatizados bien hechos son un plus en la cocina: elevan platos, sorprenden al paladar y son perfectos para regalar. Pero si se hacen con trampas, pierden su esencia.
No es cuestión de odiarlos, sino de exigir claridad. Queremos sabor, no marketing disfrazado.
Conclusión: el futuro del sabor pasa por la honestidad
Los aceites de oliva aromatizados pueden ser auténticas joyas gastronómicas si se elaboran con rigor, ingredientes reales y una trazabilidad impecable. Son una puerta abierta a la creatividad en la cocina, al disfrute sensorial y a nuevas formas de consumir AOVE. Pero también pueden convertirse en una trampa si se usan como disfraz para productos de baja calidad o se enmascaran bajo etiquetas confusas.
Por eso, como consumidores y productores, tenemos una responsabilidad: apostar por la transparencia, la artesanía y la autenticidad.
En Ypsilon Olive Oil lo tenemos claro: nuestras ediciones limitadas de Melides con limón y naranja ecológica, molturadas una sola vez al año cuando el fruto está en su punto, son una declaración de principios. No hacemos aceite con aroma: hacemos aceite con alma.
Porque el buen aceite no necesita esconderse. Solo necesita ser contado como es: con verdad.
Fuente: Olive Oil Times