ENVÍOS GRATIS EN PEDIDOS SUPERIORES A 60€
ENVÍOS GRATIS EN PEDIDOS SUPERIORES A 60€
En un pequeño pueblo de Andalucía, rodeado por extensos campos de olivos centenarios
que se extienden hacia el horizonte, creció una niña con espíritu curioso y amor por la tierra.
Mi nombre es Neyva Martínez, y esta es mi historia.
Desde pequeña, acompañaba a mi familia al olivar, donde aprendía con fascinación los
secretos de la tierra y los ciclos del cultivo. Mi abuelo me enseñó que cada árbol tenía
una historia que contar y un fruto que ofrecer, como cada uno de nosotros.
Cada otoño solía ir con mi familia a la recolecta de la aceituna y jugaba con mis primos entre los árboles mientras los mayores recogían el fruto de la cosecha. Desde pequeña sentí que formaba parte de algo más grande, un legado que había pasado de generación en generación, aunque por aquel entonces aún no comprendía bien en qué consistía ese legado. Conforme fui creciendo, mi abuelo me hablaba de la importancia de cuidar no solo del olivo, sino de todo el entorno natural.
“El olivo nos da todo lo que
tiene, y por eso debemos
respetarlo y devolverle algo a
cambio” -decía.
Con las manos arrugadas y llenas de sabiduría, me mostraba cómo identificar las distintas aceitunas, los recursos de cada árbol para buscar su supervivencia y cómo cada olivo tenía su propio carácter.
me decía mi abuelo mientras acariciaba el tronco nudoso de uno de los olivos más viejos.
A medida que fui creciendo, comprendí que esos árboles eran el símbolo de mis raíces y de mi identidad. Los fríos días recogiendo aceitunas con mis abuelos, mis padres, mis tíos y primos, riendo, comiendo y bailando entre olivos durante la cosecha, se convirtieron en mis recuerdos más preciados.
Al crecer, fui consciente del reto al que muchos olivicultores se enfrentaban con todo el trabajo que supone el cuidado anterior y posterior de los campos, además de la recolecta. A veces, todo ese trabajo les desmotivaba a la hora de recoger la cosecha y preferían dejarla perder. Y a menudo, cuando la recogían, los residuos generados eran quemados o desechados sin ningún propósito útil. Me perturbaba cómo algo tan abundante y natural podía terminar como un desecho y empecé a obsesionarme en buscar soluciones.
Tras varios años de ausencia, solo pensaba en volver a los campos de olivos, a aquel lugar donde mi abuelo me había enseñado a amar la tierra.
Con los conocimientos de economía y desarrollo sostenible adquiridos en la universidad, decidí volver. Pero no como la niña que iba con su familia a la cosecha, sino como una mujer decidida a dar un nuevo rumbo a la tradición de mi entorno. Quería crear algo más grande. Quería contribuir a la agricultura de alguna manera positiva y rendir homenaje a mis abuelos y al amor que ellos me habían inculcado por el olivar.
Tras muchas horas de trabajo, esfuerzo y dedicación, regresé con una visión innovadora. Pretendía no solo mejorar la producción de aceite de oliva, sino también dar un nuevo uso a los residuos del olivar, creando un proyecto que integrara la sostenibilidad y la economía circular.
Comencé con la creación de una marca de aceite de oliva virgen extra cuyas gotas representaban la sabiduría y el cuidado de los antiguos olivareros. YPSILON OLIVE OIL.
Aunando los conocimientos de grandes expertos del sector y el apoyo de algunas instituciones de investigación, estamos trabajando para llevar a cabo un proyecto industrial pionero en la región. El objetivo es ambicioso, pero nos mueve el amor por nuestra tierra.
Ypsilon EcoOlive Horizons está buscando erigirse como un ejemplo de innovación y sostenibilidad para la industria olivarera y más allá. El proyecto no solo reduciría el impacto ambiental de la producción de aceite, sino que también generaría empleo en la región y promovería la sostenibilidad en toda la cadena de valor.
El proyecto tiene la intención de demostrar que es posible hacer que la industria tradicional del olivar evolucione hacia un modelo más ecológico y rentable, demostrando cómo las prácticas agrícolas tradicionales pueden coexistir con la tecnología avanzada y la sostenibilidad.
Nunca olvidaré las palabras de mi abuelo: “Debemos devolver a la tierra lo que nos da”. Y ese es nuestro propósito. No solo devolver la vida a los residuos del olivar, sino dar esperanza y futuro a nuestra comunidad. Cada botella de “YPSILON OLIVE OIL” no solo cuenta la historia de un aceite de alta calidad, sino también la de un proyecto que transformará el pasado en un futuro sostenible.
Con el éxito de Ypsilon EcoOlive Horizons, se demostrará cómo la innovación y la tradición pueden fusionarse para crear algo extraordinario. De la mano de los olivos, no solo construiremos un modelo de negocio rentable, sino también un ejemplo de sostenibilidad que protegerá las tierras que tanto amaban nuestros antepasados y que ahora quedan en manos de las nuevas generaciones.
Cada comprador de nuestro AOVE contribuye con el legado de nuestras familias y de tantas generaciones de jienenses que han cuidado del campo con devoción, y cuyo amor por la tierra se perpetúa en nosotros.
12.84 €
18.88 €
9.06 €
37.76 €
26.44 €
23.28 €
